9 Se levantó el rey y vino a sentarse a la puerta. Se avisó a
todo el
ejército: «El rey está sentado a la puerta», y todo el ejército se presentó ante
el rey. Israel había huido cada uno a su tienda.
10 Y todo el pueblo discutía en todas las tribus de Israel diciendo: «El
rey nos libró de nuestros enemigos y nos salvó de manos de los filisteos y
ahora ha tenido que huir del país, lejos de Absalón.